Ciertas cirugías pueden producir una retracción  de los párpados, con un descenso del parpado inferior por debajo de lo normal, dejando al descubierto la esclera (capa blanca del ojo). Esto puede generar irritación, resequedad ocular, lagrimeo frecuente, enrojecimiento y visión borrosa, además de una forma de los parpados alterada.

Este tipo de condición puede ocurrir también en la enfermedad de Graves, donde hay una alteración de la Glándula tiroides que compromete los músculos que rodean el ojo. Con relativa frecuencia se puede encontrar después de cirugías de extracción  tumores malignos y cirugías de tipo estético.

La cirugía revisional puede ser mucho mas compleja que la cirugía inicial debido a la cicatrización y la alteración anatómica de los tejidos. En la gran mayoría de casos es necesario el uso de injertos de diferentes áreas para lograr mejorar la posición alterada y así los síntomas de discomfort asociados.